Nació en Oamaru, un pueblo ubicado en una isla del sur de Nueva Zelanda, es hijo de padre europeo y madre maorí. Tiene más de 20 años de experiencia en la investigación sobre los efectos de la colonización en maoríes y otros grupos indígenas, proceso en que descubrió las claves que han ayudado a maoríes y europeos a trabajar juntos en unidad y armonía. “No sólo trabajo con iglesias, ya que el tema de la reconciliación implica todos los sectores de la sociedad”, dijo Norman Mcleod, líder maorí y pastor evangélico, durante su visita a La Araucanía, oportunidad en la que compartió su experiencia con diferentes actores de la región.
¿Qué le pareció este encuentro con distintos representantes de la región?
Fue muy interesante, ya que mientras más pueda ayudar a las personas a avanzar en el proceso de reconciliación y entendimiento, es más reconfortante para mí. Muchas veces tenemos que escuchar una y otra vez, antes de que las ideas penetren.
¿Cuál es su opinión sobre la situación de conflictividad que hay en La Araucanía?
Me parece una situación que podría escalar fácilmente en más violencia, en nuestra experiencia en Nueva Zelanda fue sólo una fracción sin llegar a los niveles que se viven acá.
¿Qué similitudes existen entre el pueblo maorí y mapuche?
Hay muchas similitudes entre el pueblo mapuche y maorí, pues las luchas son casi idénticas. Nuestra etnia no era considerada ni escuchada, nos trataban de dar soluciones a nuestras necesidades sin consultarnos. Sin embargo, cuando el Estado decidió ayudarnos y empezó a escucharnos y a darnos participación todo fue diferente.
¿Cual son las claves para solucionar los problemas que se viven en La Araucanía?
Sentarse juntos a dialogar para llegar a conocerse unos con otros, basándose en la verdad y considerando las injusticias históricas, que permitan tomar las medidas apropiadas y así poder sanar las heridas. Es un proceso penoso y duro, pero se necesita una generación con el coraje suficiente para salir adelante.